domingo, 9 de febrero de 2014

Una nueva estrella en el cielo


Hoy es un día lluvioso y gris.
Recientemente se ha ido de viaje la madre de un duende.
Los últimos años han transcurrido viendo como se iba apagando poco a poco y aunque el  momento se veía cercano nunca es bien recibida su llegada
Deja toda una vida dedicada a los suyos, muchos poemas y todas las enseñanzas que pudo dejar a sus sucesores.
Adios mamá.

Esta tarde se han escuchado unos pasos por el bosque del  Moncayo. Se ha ido paseando por el hayedo y se ha sumergido en su vegetación. En ese momento las aves han empezado a cantar  y algunos animales acompañaban el coro con los sonidos que podían lanzar desde sus gargantas- El viento ha silbado con fuerza abriéndose camino entre los árboles y poco a poco el cielo se ha empezado a oscurecer. Es como si el tiempo no hubiera pasado pero misteriosamente se ha hecho de noche. Se vislumbran unas huellas de pies descalzos entre las hojas de los árboles y se percibe un rico aroma  a flores por todo el bosque.
El duende mira al cielo y entre las lágrimas que le brotan de sus ojos ve la constelación de las pléyades. Cuenta las estrellas y encuentra una más que el día anterior. Es la más brillante. Se seca las lágrimas y esa estrella se desplaza con velocidad por el cielo desapareciendo en la inmensidad.
Mientras tanto por el bosque ve un polvo azul por un sendero que se pierde a lo lejos.
Y cerca de él pasa un grupo de corzos dando saltos y se mezclan con la noche.

Adios.